jueves, 24 de julio de 2025

SOSTÉN

 SOSTÉN

Muestra de Sandra Botner

Encuentro entre Amigas,  Cálido encuentro, cálida tertulia, donde Sandra nos lleva entusiasta y generosa a los entretelones de su obra SOSTÉN. “El cuerpo como sostén de los órganos, la tierra como sostén del cuerpo…” Sandra Botner -  Instagram

     Nos hace percibir que no explora con la distancia  de la anatomía, sino desde la cercanía de la piel, por eso,  teje, dibuja, borda, zurce, sutura los órganos con la delicadeza de quien navega un mapa desconocido. Sus obras no son solo representaciones, sus obras  son invitaciones a habitar, aunque sea por un instante, la complejidad de lo corpóreo. No hay en su arte una definición cerrada, sino una apertura a lo que el cuerpo es: un entramado de sensaciones, de memorias, de pulsaciones silenciosas.

Recorremos con ella cada fibra, cada hilo, cada superposición de material parece responder a una escucha profunda de las resonancias internas del organismo. Las texturas que emergen en sus piezas son un lenguaje táctil que nos habla de la suavidad de la piel, la aspereza de ciertas superficies internas, la resistencia o la fragilidad de los tejidos.


      Oler la ternura. Las formas a modo de esculturas blandas le conceden a cada órgano el aire necesario para estar allí,  en aquel espacio que la artista eligió como: su cuarto propio, donde cada pieza es un pequeño y gran rompecabezas, ese con el que Sandra nos sorprende. Lo lúdico evoca antiguos relatos cargados de ternura, la que emana de  los distintos fragmentos de su obra, ella nos invita a reflexionar y a vincularnos. Cada pieza se nutre del oxígeno qué se expande en ese develar íntimo de sus producciones.

Botner va hilvanando las miniaturas qué conforman esas minuciosas partes, ellas  le conceden el origen a cada pieza  que constituye su hábitat en la sala del Museo.

Confiar ha sido una palabra recurrente en los labios de Sandra, confiar, sostener, abrir. Así, invita a dos artistas a compartir su territorio, su  espacio sagrado, donde cada partecita de sus producciones legítima su propia historia. La confianza,  la amalgama creativa, la comunión de sentimientos y estética entre ellas nos permitió comprender un sentido más profundo aún de lo que ya de por sí su obra nos transmitía.

         La generosidad es un acto de vida en el mundo de la cotidianeidad.  Sentimos que la obra se sumerge en lo poético para  comenzar a sanar las viejas cicatrices de esos cuerpos que siguen allí, esperando ese aire fresco en cada  nuevo despertar.

 Toqué los órganos de seda y salió mi corazón a borbotones, un
hilo de aire se hizo fibra, redondeles minúsculos, circunvoluciones tan reconocibles que asombra. 
El recorrido es un envoltorio que desnuda, un espejo volátil frente a un cuerpo que camina por un trazo, una puntada sin hilo, un trozo de lo que antes fue colores. Un cuerpo de obra que nunca toca el suelo, charquitos en hilera que son una ilusión de peso, de querer flotar y tener que quedarnos”, Fragmento de  Cecilia Nazar. julio 2025













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