VESTIGIOS DE UN PAISAJE
Muestra de Adriana Lugones
Abre un diálogo de la naturaleza con lo poético, lo artístico y la artesanía
En la exposición nos encontramos conceptualmente con tres palabras fundamentales para concebir el acto creador de Adriana Lugones: Búsqueda, Construcción e Identidad, ambas, constituyen una tríada sustancial en el campus visual y conceptual de la muestra. Los mapas ofician como un corpus esencial, los que dan cuenta de un aspecto fundamental en la obra y la vida de Adriana, lo territorial y la importancia que la artista le otorga a ello, genera el nudo central en su obra. La artista nos relata a partir de sus imágenes un campo de transición entre lo material y lo simbólico, donde los paisajes orgánicos-abstractos funcionan como fragmentos de un mundo que no es del todo externo ni interno, sino una síntesis poética entre ambos. Las obras nacen de la reconstrucción de materiales cotidianos, en un gesto que recuerda al arte como alquimia: lo banal se transmuta en signo, lo funcional en evocación.
El uso de texturas, transparencias y colores terrosos que nos posibilita los saquitos de té, son parte de su ceremonia espiritual y artística, la que oficia como un acto evocador. Estas elecciones cromáticas y táctiles anclan la obra en una poética de la tierra y de lo efímero, lo que refuerza la dualidad entre fragilidad y resistencia. Hay en ello una tensión constante entre lo que se deshace y lo que permanece, entre lo vulnerable y lo tenaz: metáfora de la condición humana y de las estructuras emocionales que sostenemos.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario