viernes, 30 de mayo de 2025

#HARTAS. El Poder del Artivismo Feminista

 

Todos no podemos avanzar si la mitad de la humanidad va por detrás.

           Malal Yousafzai 

 


#HARTAS
. El poder del artivismo feminista, de Sandra Fodor (SaFo) de Barracas, cómo a ella le gusta reconocerse.

 Su propuesta implica habitar un territorio que ruge en el amanecer de cada día. El relato que narra en su obra, se entrelaza con ese clamor de furia que nos propone la artista desde el artivismo que ella ejerce en su cotidianeidad. Sandra nos  pone en alerta, no quiere que estemos ajenas a un mundo que nos es hostil, ese, que sobrevuela sobre nuestros cuerpos. Un alarido nocturno nos invita  a ser parte de su lucha, la que también la hace nuestra.

La materialidad  co-protagoniza su obra, junto a una narrativa conceptual qué ejerce el poder sobre cada uno de los fragmentos que conforman los distintos elementos de su obra, esos que se entrecruzan entre la debilidad y la fortaleza.

En su universo, la justicia y el arte, son parte de esa convivencia íntima, diaria, la que implica por un lado, ejercer la Ley, haciendo respetar nuestros derechos y por otro lado, adoptar el arte como portavoz de la realidad en la que ella y nosotras ya estamos inmersas.

 El mosaico es su fortaleza, los hilos y las telas parecen  deshacerse, desarmarse, en el fluir de esas miradas penetrantes que intiman, buscando una voz que las contenga, que nos contenga.  La materialidad se tensan pero las costuras no se deshilvanan, por el contrario, se fortalecen. La artista nos presenta una intensa variedad de soportes, desde objetos, dibujos, instalaciones, esténcil, videos, en todo ello se entreteje ese poder del artivismo feminista.

 La palabra #HARTAS oficia como un acto desgarrador, como un sentimiento de cólera que nos une, por eso, SaFo, no invita a dejar un mensaje: De qué estamos HARTAS?

 Aquí la artista nos involucra, ya no somos observadoras pasivas,  somos parte de su lucha.

El artivismo, como práctica feminista, nos propone  una herramienta sustancial para la transformación social y la lucha por la igualdad.

Buceando en la historia son varias las voces que vienen luchando, invocado a la reflexión sobre el poder del arte como herramienta para lograr un cambio, incentivando la apertura de espacios de resistencia y acción política. Si todo sujeto es político y su accionar es parte de ello. #HARTAS, es un ejemplo para potenciar nuestra lucha, la que ya está marcada a fuego, no sólo en su ADN, también en el nuestro.


“Pañuelos por la memoria"



domingo, 18 de mayo de 2025

Socialmente aceptado: EL DUELO

 Tu silencio no te protegerá

Audre Lorde   

 Socialmente Aceptado: El Duelo

Muestra de María  Celeste González 

 

 El proyecto  de Celeste  invita a sumergirnos en esa liviandad, en esa fragilidad que no hace más que mostrar el abandono legal en el que se encuentran en nuestro país los derechos de niñas y niños.

        La artista nos vincula con denuncias, que con el paso del tiempo se convierten en papeles amarillentos, frágiles, ilegibles, desechables. Papeles que no son sólo un número de legajo, son niñas y niños inmersos en esa materialidad descartable, ocultos en ese entretejido que los habita desde hace años. En este caso puntual hay una niñez desatendida, pero sobre todo vulnerada, por un Estado ausente y una sociedad que prefiere estar ajena a estas realidades que nos atraviesan.

Habla en primera persona e irrumpe verbalmente y estéticamente en su obra. Por eso nos dice en su texto: “Recrear una instalación de la muerte de mi infancia será el primer impacto...

La artista trabaja con elementos ligados a su mundo íntimo, a su historia. Captura escenas fotográficas  que expone y convierte en la materialidad que formó parte de su horror. Involucra no solo fotografías, sino también dibujos,  documentación, otros objetos. Todo ello  nos habla de una justicia precaria, que no quiere ver, la que no se hace cargo de los derechos de nuestra niñez, uno de los  tantos temas en los que está ausente.

La artista nos presenta una obra artística conceptual potente, que nos interpela, casi que nos pertenece. Es un relato envuelto en un estadio poético del shock, ese que muchas veces es necesario. Allí está ella con sus vivencias,  inmersa en un su espacio, el que supo y pudo contenerla, para gritar ese dolor del que como sociedad tenemos que  hacernos cargo. Una mujer consciente que tiene que  convivir con esa historia, su historia, la qué le tocó transitar. Historia  que convierte en denuncia para alertar sobre el riesgo en el que está sumido nuestra infancia.

Desde lo estético la muestra no conduce a pensar que el horror también forma parte del hecho artístico, está en esa poesía que nos interpela, que se transforma en porta voz de lo que nos sucede.



      La artista nos propone no solo la contemplación al visitar su muestra, sino la necesidad de poder reflexionar,  concientizar, sobre una temática que sigue siendo un tabú para nuestra sociedad. Sociedad  que a veces solo cuestiona o revictimiza a quienes pasaron por situaciones de abuso, de violencia, cuando en realidad, solo tendrían que pedir justicia a gritos por aquellas víctimas que seguramente quedarán como las invisibilidades de nuestro tiempo. Hecho en el que solo se fortalece y se  resguarda al agresor, al abusador, al pedófilo.


Celeste nos deja una enseñanza que tenemos que replicar: Ya no nos callamos más