Mi silencio no me protegió. Tu silencio no te protegerá.
Audre
Lo
rde
La muestra recorre la larga lucha de tantas mujeres en
los distintos lugares del mundo. Lucha que no estuvo exenta de cárcel,
marginación y muerte.
Una lucha en la que en su camino las mujeres fueron forjando el feminismo poniendo en evidencia las opresiones de las mujeres, logrando otras luchas otros derechos como el acceso a la coeducación, alcance profesional, incorporación al trabajo, situación de la mujer en el seno de la familia, etc.
Después de dos siglos de lucha y ante la proximidad de
las elecciones parlamentarias que se
desarrollarán en la brevedad en nuestro país, nos surgió una pregunta entre
quienes nos encontrábamos presentes. Pregunta que en realidad ya estaba
instalada porque es un eje contundente de la muestra: una antigua urna, configurada
en una obra objetual situada en la sala, cobra vida propia proponiéndonos el mayor desafío, con una pregunta muy
concreta: ¿Para qué quisimos votar las mujeres?
El Encuentro se llevó a cabo, en el contexto no solo
de las obras expuestas de carácter histórico, sino también de ésta acción
instalativa, que ofició como disparador
de un abanico de reflexiones, aunque también algunos interrogantes. En
Argentina votamos en 1952 después de décadas de luchas.
Las conclusiones que sacamos quienes estábamos presentes en el encuentro
fueron contundentes: el voto fue nuestro primero y gran logro, aunque ya
sabíamos que no era suficiente para conseguir la igualdad de derechos que tanto
anhelamos. Éste quizás fue uno de los análisis en los que más nos detuvimos,
porque sabemos que esa igualdad que tanto reclamamos depende
de nuestras
luchas en las calles, cómo lo fue siempre, porque sabemos que la lucha es
colectiva, aunque también tenemos que
ser consciente que está en la necesidad de cada mujer proponerse ser libre, vivir sin estigmas,
censuras, desigualdades, discriminación, ni ataduras. Son muchos todavía los derechos por los que luchar para terminar
con las desigualdades que padecemos. El patriarcado va a seguir avanzando sin pedir permiso, por
eso somos las mujeres las que nos tenemos que concientizar de esa búsqueda
legítima de nuestra libertad.
Éstas son algunas de las reflexiones que aparecieron
en la charla, nos fuimos pensando en todo lo hablado, creo que nos llevamos una
tarea indispensable: compartirlo con otras mujeres, compañeras de trabajo, de
facultad, con una amiga, con quienes comparten nuestra cotidianeidad.
Este hermoso encuentro concluyó con el montaje
per-
formatico de pancartas feministas con textos actuales que se habían
realizado en un taller anual de Arte textil en el Museo de la Mujer en el año
2024.